ANGEL TREEHOUSE

DISNEY "CHANA"

Si Walt Disney levantara la cabeza de su congelador, seguramente diría: "Me habéis desmontado todo el "tinglado", pero estáis ganando dinero a espuertas, así que seguid". Y es que, la antaño intocable Disney que dominaba las técnicas de animación más punteras en aquellos años, la llamada "fábrica de las ilusiones", no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y ha ido perdiendo público ante la feroz y numerosa competencia, muchos de ellos amamantados y criados en el propio seno Disney. Ante esta situación, han tenido que tirar de lo que antes era secundario para ellos, las producciones con actores reales, y el resultado les está saliendo genial, la verdad, eso sí, gracias a brutales y carísimas campañas de "márketing"que nos meten hasta en la sopa producciones facilonas con argumentos ñoños y pastelosos, coreografías y canciones vacías pero pegadizas y un toque de sentido del humor de lo más blanco e inofensivo, todo para atrapar al público infantil y adolescente menos exigente. Todo ello coronado con unas caras más o menos bonitas con poca gracia y no mucho talento, que hacen de todo y de nada, ya que lo mismo te hacen un baile estúpido y ostentoso, que te cantan una canción sosa y soporífera, pero que realmente no sirven para otra cosa que como reclamo para la chavalería ansiosa de ídolos efímeros y para que algunos empiecen a tener sus primeros sueños húmedos con los "actores" y "actrices" que aparecen en dichas producciones.

Lo que más gracia me hace es que nos presentan a esos chavales como si fueran la "pera limonera" y fueran ya súper famosos en todo el mundo, cuando realmente son unos primerizos que apenas han hecho algún anuncio o han aparecido en alguna serie de segundones. Pero una buena campaña de "markéting" y una buena pasta por detrás, amigos míos, puede convertir a un gañán en un ídolo de masas, y si no que se lo pregunten a George Bush cuando fue elegido presidente. Además, se creen que todo lo que triunfe en Estados Unidos, por narices tiene que gustar en el resto del mundo, y muchas veces aciertan, no por su culpa, sino por culpa nuestra, que demostramos ser unos aborregados que nos engañan con cualquier chorrada que nos ponen delante.

Seguramente algunos jovenzuelos descerebrados no estén de acuerdo con lo que aquí he escrito, pero realmente la cosa es así. Desde la distancia de la edad, todo se ve mucho más claro. Os lo dice uno que de chavalín pensaba que las Spice Girls eran unas diosas y los Backstreet Boys eran el modelo a imitar. Ahora me doy cuenta cuán confundido estaba. Más pronto que tarde os pasará a vosotros también.