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RATÓN DE BIBLIOTECA (ESPECIAL "PAPEL Y PLÁSTICO")





Somos una generación de "peter panes" que se resiste a crecer y que sigue recordando con nostalgia las épocas de nuestra niñez y adolescencia. Aquellos tiempos que ya no volverán, pero que pensamos que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Pensamos y creemos a ciencia cierta que nuestra época fue la mejor, y por eso la recordamos con frecuencia de diferentes maneras, y gracias a Internet resulta muy fácil volver un poco atrás en el tiempo mientras buscamos en nuestro pasado. Porque no nos entra en la cabeza que dentro de una o dos décadas, los niños de hoy en día añoren cosas como "Los Lunnis", el "reggaeton", Melendi o Belén Estéban.

Absolutamente recomendables estos dos libros para todo tipo de nostálgico setentero, ochentero e incluso noventero, como es mi caso, que aunque nací a finales de los 70 (concretamente en el 79), pues lógicamente los primeros años de los 80 son un poco difusos para mí, por lo que mi memoria empieza a calibrar a partir de la segunda parte de la década, más o menos cuando empiezo el colegio y nace mi hermana, allá por el 84, cuando Michael Jackson hacía que me escondiera llorando como un "gilipuá" cuando ponían el mítico "Thriller", y que ahora me encanta verlo y no me canso. Cosas de la vida.
PAPEL Y PLÁSTICO (OSCAR LOMBANA)

Los click de Famobil, Mazinger Z, el Cinexín, la Nancy, el blandiblú, los madelman, Galáctica, los montaplex, Naranjito, el flash, las huchas Congost, los airgam boys, Spirou, Parchís, los grandes inventos de TBO (del profesor Franz de Copenhague), Pif, V, el auto-cross, el Capitán Trueno extra-color, las Joyas literarias juveniles de Bruguera, el drácula de Frigo, los cómics Forum, de Zinco, Toutain y Norma, los kalkitos, La batalla de los planetas, los peta-zetas, los Masters del Universo, Con ocho basta, el Ibertrén, el Spectrum, el regaliz de palo... todos ellos y muchos más son los objetos, juguetes, chucherías, cómics, series... que pueblan el imaginario de Óscar Lombana y que a sus largos trentaytantos ha sentido la imperiosa necesidad de compartirlos y transmitirnos las sensaciones que le producePapel y plástico comenzó a gestarse el verano de 2006, desde el momento en el que Lombana se puso a apuntar en una hoja todas las cosas que le traían recuerdos agradables de su pasado. La lista terminó ocupando medio cuaderno, así que “únicamente” le quedaba ponerse a buscarlo todo. La ayuda de personas como Mariola Boulandier, de la Librería Totem de Bilbao, y Tomás Pla, del Museo de los Juguetes de Sant Feliu de Guíxols, quienes le ahorraron un montón de vueltas dado que gran parte del material reflejado en el libro ha salido de sus colecciones, se sumó a su notable capacidad de encontrar el rastro del objeto perseguido y alcanzar así finalmente el brillo que atesoran las páginas de este volumen.

Lombana confiesa que ha sido divertido hacer Papel y plástico, “pues yo solía ser el primero en sorprenderme al encontrar algún tesoro perdido, y espero que, modestamente, sirva para transmitir la gratitud de nuestra generación a todos aquellos autores, muchas veces anónimos, que formaron parte de nuestra vida.” Deja además preguntas clave en el aire que seguramente serán producto de profundas y sesudas reflexiones por parte de muchos: “¿si cambiabas un airgamboy por dos clicks, ganabas o perdías?”.

"Óscar Lombana ha abordado la elaboración de este libro, sin duda, impregnado por el ánimo del acercamiento antropológico-artístico; ha debido sufrir la inmersión en el polvo de colecciones ajenas que requiere una indagación fricoinvestigadora, pero, finalmente, ha optado por transmitir al lector ese deleite agridulce que produce una aproximación nostálgico-festiva, elaborando un producto cuyo consumo, incluso administrado en pequeñas dosis, reavivará recuerdos y anécdotas, animará reuniones sociales y descargará un festín de sensaciones que creíamos olvidadas. "Mauro Entrialgo




PAPEL Y PLÁSTICO 2 (OSCAR LOMBANA)

Aunque estoy de vacaciones me ha parecido bien interrumpirlas, ya que hace unos días tuve en mis manos la segunda parte de Papel y Plástico de Oscar Lombana y quiero hablar sobre ella.

Hacer un análisis de esta obra es bastante complicado, ya que está muy muy lejos de ser algo al uso. Creo que lo mejor es que empiece a escribir y ya veremos que va saliendo.

La primera vez que leí Papel y Plástico, me estoy refiriendo al primer volumen, fue más por casualidad que otra cosa. Estaba dando un paseo por la FNAC y me encontré con este libro del que me llamó la atención la portada, en la que se veía un clic de famobil. Quizá suene un poco a tontería pero para los que nacimos en cierta época esa simple imagen es un reclamo increíble que hará (sin duda) que nos entren ganas de dar un vistazo a lo que se oculta en esas páginas.

Papel y Plástico es un maravilloso recorrido nostálgico por unos años que ya no volverán (en los setenta y los ochenta con un poco de los noventa muy primerizos) y que en muchos casos habíamos relegado al olvido o solo a un par de recuerdos fugaces. Y los más afortunados a unas cuantas cajas en las que guardábamos juguetes, tebeos y otros “milagros perdidos” como el propio autor los llama en los agradecimientos de este segundo volumen.

A lo largo de todas las páginas de este recomendable libro, que nos llega de la mano de Astiberri en su línea Pop, nos volveremos a encontrar con un montón de juguetes que tuvimos de pequeños como los AirGam Boys, Las barriguitas o los chinitos de la suerte que siempre se terminaban perdiendo entre la cantidad de bolsillos de nuestras cazadores y vaqueros.

En el prologo que hace Nacho Vigalondo (en el primer volumen fue Mauro Entrialgo) dice justo al final y refiriéndose a los dos libros “se han convertido en emblemas de una era que termina. La de la posibilidad de olvidar” y tiene toda la razón. En el futuro un libro así no tendrá sentido en la sociedad digital y globalizada en la que vivimos, todo está catalogado y documentado, por eso quizá este libro aporta una valía más allá del simple entretenimiento llegando a convertirse en una muestra viva de unos años en los que nos creímos que un hombre podía volar, en que Spider-Man era nuestro amigo y vecino, en que Michael Knight conducía un coche negro o cuando todos llevábamos parches y rodilleras por habernos caído de un tobogán oxidado contra el duro suelo de granito.

Papel y Plástico es todo eso y más. También es un grupo de gente que se ha juntado sin saberlo (y que luego ha resultado que algunos nos conocíamos). Somos muchos los que hemos aportado nuestro granito de arena para que este libro sea posible. Hemos revuelto nuestras casas, hemos descolocado cajones y todavía seguimos buscando más material de esos años para fotografiarlo y hacérselo llegar Oscar Lombana, la auténtica cabeza pensante tras toda la obra.

Este libro no es una obra vacía hecha por un investigador frío. Oscar Lombana ha estado en muchas casas, ha vaciado cajas y ha hecho amigos que (aunque sea un poco) nos alegramos de poder decir que somos parte de esto y que cuando hemos tenido el libro en nuestras manos un poco antes que los demás hemos pensado “Joder, mola”.

Solo puedo decir que si, que lo compréis, los disfrutéis y que si tenéis juguetitos no dudéis en ser parte de todo esto.

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