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TRANSCRITO DEL DIARIO ADN

Moda Manga

¿‘Gothiclolita’, ‘himelolita’ o ‘sweetlolita’? El Salón del Manga cumple 15 ediciones este fin de semana y celebra una edición centrada en la J-Fashion, el estilo ‘kawaii’( mono) que visten muchas de las lectoras de manga y algún que otro chico. Prohibido decir “disfraz”


La influyente bloguera Susie Bubble, de Style Bubble, una londinense nacida en Hong Kong, explicaba recientemente en una entrevista por qué una europea y una asiática nunca entenderán la ropa de la misma manera.
Para empezar, la asiática nunca perderá dos minutos en preguntarse si el culo le queda bien en esos vaqueros. Su objetivo no es quedar sexy, a no ser que pertenezca a una tribu como las gangurogirls (las japonesas teñidas de rubio y ultra-bronceadas que pasean en shorts y plataformas por calles comerciales como Aoyama en Tokio), sino kawaii, celebrar la moda en sí misma y adscribirse a un estereotipo urbano, aunque sea el de la secretaria formal obsesa por el logo.
Llevado ese concepto al extremo, llegamos a la J-Fashion, el estilo de las jóvenes lolitas japonesas que centra este año el Saló del Manga en La Farga de L'Hospitalet (Barcelona).
Un desfile multitudinario, una exposición con creaciones españolas inspiradas en Japón y varios talleres de moda, maquillaje y peluquería alimentarán este fenómeno, que se extiende por los institutos españoles.

No disfraces, sino códigos
Quien viste J-Fashion no practica necesariamente cosplay, es decir no viste como un personaje de manga, anime o de un videojuego -no se disfraza- sino que cumple con los estrictos códigos de una estética. Dentro de las lolitas -ellas juran que no hay nada sexual en el término-, el volante de un calcetín puede colocarlas en uno u otro subgénero. No va a ser lo mismo una wa lo-lita, que viste con kimono y elementos tradicionales japoneses, que una sweet lolita, de estilo princesil y rococó, a menudo con tirabuzones. En el departamento más dark, inspirado en el visualkei (rock japonés en el que el estilo lo es todo), las gothic lolitas que visten de negro y con candelabros (se aceptan los delantales) serían gosurori, mientras que las más radicales o gosuloli se complementan con parches, ropa manchada de sangre y ojos maquillados de rojo.
Más numerosas son las sweet lolitas, auténticas muñecas de rosa y canesú. Los chicos, con estilos como el kodona (rollo victoriano), siguen siendo minoría.


EL PÚBLICO DEL SALÓN

Qué leen los más jóvenes
Este fin de semana el Salón se llenará de adolescentes con faldas plisadas y calcetines hasta medio muslo, de púberes ataviados con capas de colores llamativos y katanas de plástico. Presumiblemente, las primeras lean (manga para chicas) y los segundos, shonen (historias destinadas a los chicos). Son los dos grandes géneros para el público adolescente (la subdivisión es exhaustiva) y en ellos se inscriben títulos como Bola de dragón, Candy Candy, Ranma 1/2 o Naruto. Así que sin el manga juvenil no se explicaría el boom del anime en los noventa. Algunos editores opinan que se explotó demasiado, en detrimento del seinen y el josei (para hombres y mujeres adultas). Esto ha producido una situación de "estancamiento", asegura Alejo Valdearena, editor de Glénat. A pesar de que sólo "una parte pequeña de la producción del manga" llega a España, explica, las viñetas niponas se han convertido en una especie de reducto para teenagers en nuestro país. Pero no hay acuerdo en el tema. El editor de cómics de Planeta Ignasi Estapé cree que "la gente joven crece y luego pide manga adulto", aunque reconoce que el josei no abarca tanto catálogo como el resto: "Puede que las mujeres adultas sigan leyendo shojo". Por su lado, los tenderos afirman que target y público lector no tienen nada que ver en el manga. "Chicos y chicas leen shonen y shojo indistintamente", atestiguan en la librería Continuarà, mientras que en Arkham Cómics no se deciden a dar la edad del lector medio.
Los protagonistas de los mangas shonen suelen ser chicos adolescentes nobles y con capacidad de liderazgo, aunque sin una personalidad muy marcada. A menudo tienen que compaginar las clases en el instituto con peligrosas batallas en fantásticos mundos paralelos.
En el shonen, el protagonista tiene un objetivo concreto (Son Goku debe encontrar las bolas de dragón cuando es pequeño y salvar la Tierra cuando crece, por ejemplo). Para alcanzar su meta, debe ir superando pequeñas pruebas con ayuda de una pandilla que estará siempre dispuesta a ayudarle.
El rasgo más distintivo de los tebeos shonen es que el interés recae en los esfuerzos que pone el personaje principal por lograr su objetivo, como en una novela de aventuras o un filme de acción.

Tebeos 'para chicos'
Durante el Salón de este año, Glénat presenta tres tomos de la serie Death Note, además del nuevo número de Naruto. Planeta publica una guía para aprender a dibujar.
El personaje principal es, la mayoría de las veces, una chica enamoradiza y torpe. En las variantes fantásticas del shojo, debe lidiar con una doble vida entre el mundo real y el fantástico (el ejemplo paradigmático es Sailor Moon).
También existen subgéneros del shojo protagonizados por chicos, a menudo homosexuales.
Incluso en las historias protagonizadas por heroínas con poderes sobrenaturales, en todo shojo que se precie hay una relación amorosa que articula la trama. Puede aparecer un enemigo por el que la protagonista se sienta atraída, generando así una relación de amor-odio.
La singularidad de las historias shojo es que reflexionan acerca de los sentimientos de los chicos y chicas que las protagonizan, de modo que tienen un ritmo más lento que el shonen.
Novedades 'para chicas'
Planeta ha optado por Tempestad color cereza y No soy un ángel, ambos de la célebre Ai Yazawa, autora de Nana. Glénat presenta la idílica Mi vida con Zenjiro Yamamoto.


OTROS GANCHOS

El GPS de las bolas de dragón
Ideal para aquellos que no tengan muy claros los arcos argumentales. Aquellos que vivían en Cataluña cuando Son Goku llevaba sólo dos bolas conquistadas y viajaban a veranear a otra comunidad -lo daban en las autonómicas-, donde el mismo protagonista ya llevaba más y la ficción había avanzado y te enterabas de todo. Todos ellos necesitarán las dos guías editadas por Planeta De Agostini: Dragon ball Land-mark y Dragon Ball Forever, esenciales para entender el fascinante universo creado por Akira Toriyama. Un mapa perfecto para seguir la trama, entender a los personajes, recordar los combates que hacían que babearas smacks atento a la pantalla o descubrirlos ahora siendo aún niño. EL mismo sello rescata las historias de Dr. Slump, también con guión y dibujo de Toriyama. Casi 250 páginas en blanco y negro inician la historia de Ara le, aquel robot con forma de niña, creado por un Dr. Frankenstein vergonzoso que, en su cabeza, se volvía apuesto o diminuto delante de su amada. Toda la fauna de la Villa del Pingüino está presente en este tomo que no por sus giros surrealistas pierde la frescura. Con un poco de suerte se cruzarán en algún momento las dos ficciones, como llegaba a suceder en algún episodio de las delirantes y adictivas series de televisión.

Homenaje al creador de Shin Chan
Los padres, aterrorizados, vieron durante un tiempo cómo sus hijos, cuando no querían la papilla de verdura o ponerse aquellas zapatillas, les dedicaban un calvo. El culpable era el divertido Shin Chan, el personaje irreverente que revolucionó el mundo de los dibujos animados. Su autor, Yoshito Usui, se cayó por un barranco el pasado septiembre en extrañas circunstancias. EL misterio acrecentó el luto y la pena del mundo otaku. El Salón del Manga le rinde un sentido tributo. Se le dedica una exposición con algunos de sus dibujos originales, con muñecos y también con fotogramas de la serie televisiva. Además, una mesa redonda de especialistas debatirá sobre el autor más allá de su criatura más conocida. Por otro lado, visitará el salón Taiyou Matsumoto, que hablará de El samurái que vendió su alma (Glénat), sobre la cotidianidad de la época de los samuráis.

Historia de un bigote nefasto en viñetas
Meses después de la publicación en Japón del comic de Mein Kampf, llega a España Hitler, la novela gráfica (Glénat), un clásico no exento de polémica del maestro del manga Shigeru Mizuki, experto en seres sobrenaturales japoneses. El propio Mizuki reconoció que se sentía "emborrachado por Hitler a los 18 años" y hasta pensó en dejarse crecer un bigotillo. "Todo alemán que se preciara se sentía como si hubiese tomado una copa después de oírle hablar", añadió. A pesar de la fascinación temprana, el cómic toma la necesaria distancia.

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